sábado, 28 de septiembre de 2013

De la muerte natural



Me parecía que mi vida pendía sólo de la punta de mis labios. Cerré los ojos, según me pareció, para ayudarla a salir y llegué a encontrar placer en irme poniendo cada vez más lánguido y dejándome ir. Era una idea que sólo flotaba en la superficie de mi alma, tan delicada y débil como todo el resto; pero no sólo libre de sufrimiento, sino mezclada con esa dulce sensación que experimentan las personas cuando se dejan deslizar en el sueño. Creo que éste es el mismo estado en que se encuentran las personas a las que vemos desmayarse en la agonía de la muerte, y sostengo que las compadecemos sin motivo...Para acostumbrarse a la idea de la muerte, creo que no haya nada como haber estado cerca de ella.

Montaigne

miércoles, 30 de enero de 2013





Soñaba que estaba loca
 e intentaba disimular su locura
dando saltos de dos metros de altura.