viernes, 13 de mayo de 2011

Gonzalo Arango 1931-1976

Manifiesto nadaísta 


Pateamos la piedra tumbal y resucitamos, sonó la hora de bautizar la tierra con una nueva barbarie purificadora, el planeta hiede almas muertas no mas resignación, no más derrotismo, se abre el proceso vamos a acusar, a enterrar a los muertos, a limpiar la tierra de excrementos, vamos a vivir. Nuestro mensaje es de muerte, seremos tiernos como verdugos, de este apocalipsis sólo se salvaran los vivos, nuestro diluvio es de odio, no perdonaremos,  no hay que ser blandos ni compasivos, hay que ser crueles insobornables al bien, hay que ser peores que virtuosos, hay que consumar la muerte del humanismo en esa región del espíritu donde el hombre esta muerto, en en su ilusiones. La razón es una rata muerta, hiede,  un vaho de putrefacción asciende de los poros hasta el alma, infecta la carne, la vida, el planeta, todos los valores de esta civilización mas factorizada y marxista hay que arrojarlos a la cañería sin excepción, el hombre esta corrompido desde la cabeza hasta el coxis, nuestra literatura será el purgante para que el hombre defeque sus razones,  aspiro ser como escritor el arquitecto de la destrucción, instalado en mi trono planificaré el caos, la ruptura del orden, la desesperanza inminente, el aniquilamiento total, el triunfo de la desesperanza, asumo con orgullo mis maldiciones y  desdenes, no repartí pan a los miserables, ni fe a los dudosos, ni consuelo a los dolientes, ejercí una rara caridad repartiendo asco a los puros y desdicha a los infelices, contagie la desperacion como una peste sagrada pues tal misión me fue encomendada para preparar el advenimiento de la ignominia 


http://www.gonzaloarango.com

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