domingo, 5 de septiembre de 2010

DIARIO

Siento como me divido renunciando a la solidez, trato de no ser nadie, bebo un trago de un buen licor y procuro ser justa, pido disculpas, miro hacia cualquier lado, escribo una bonita carta y mientras tanto la luz fija los párpados uno sobre otro, hace que el sudor tenga ventaja sobre la espalda,c reo que desperdicio cosas que no importan, me voy y vuelvo sin nadie. Camino sola y alguien me sigue a la distancia, pauso la marcha y dejo que se adelante, es un hombre con barba y gafas, lo adelanto de nuevo y jugamos a seguirnos, camino lento nuevamente y ahora estamos hombro con hombro, sonriendo por dentro, me mira mientras yo estoy fija en la calle de la izquierda, deja de mirarme y yo lo miro mientras el se siente piadoso con la calle de la derecha, nos ignoramos pero sabemos que existimos, en una sucia jugada la distancia entre mis pasos se vuelve enorme y lo pierdo de vista, me detengo en un semáforo y ahí pretendo aparcar el rumbo de mi vida.

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